Uno de los testimonios más vivos del Batallón Disciplinario de Alcalá lo ofreció Luis Caballero, un preso que, ya por 1942 y a pesar del sombrío ambiente, despuntaba como un notable intérprete de alegrías y peteneras. El cantaor de Aznalcóllar fue recluido en Oromana tras combatir como guerrillero en la Sierra Norte y perder a […]Read More